La campaña comienza, verano
La campaña comienza, verano: diluvio de caminos, siembra y cosecha, nuestro encuentro fue escribiendo un poema. ¿Qué es la libertad? Bailarina del viento, contorno y esencia ausencia de miedo. ¿Vale la pena luchar? Gritos de origami, grullas anárquicas y de los rosales jitomates. Cuarzos de seda, asombro de sabios. Nadie es si se prohíben que otros sean.
Hay que cumplir ciertas reglas: pastorear mamuts, ajedrez de azotea, cumbia en la noche y feliz con seta. Estamos condicionados pero no delimitados, la esperanza radica en que el hombre es un ser inacabado. Personas animalizadas, piedras parlantes, ojos de espejo y caleidoscopio. Contándonos nuestros secretos: máscaras de agua, aquí las esculturas exclaman.
Obedecer a las autoridades monstruos de corteza. Regalándonos versos y filosofía, inventar constelaciones de luciérnagas. La luz no ciega, es ciega, la mañana no despierta, duerme. Anochece: la cementera se convierte en palacio, cruces neón, fósiles sedientos, dos lunas en el mismo cielo y en la calle un montón de perros. Existir, humanamente es pronunciar al mundo. Cantuna, tortiche, medisura y mercasa. Palabra se escribe con pala.
Planear clase, salas de lectura y círculos de cultura. ¿La educación es un acto político? ¿Qué se puede lograr en comunidad? Diálogos de suspiros, laberintos de símbolos, suma de anhelos, hacer palpable el silencio. No ir a casa de los alumnos, no dar clase solos. Nos escapábamos mirándonos los ojos. Aleteos revolucionarios, trotes de esperanza, fósiles resguardando almas.
Transformados en Alebrije devorador de miedos o flores en resistencia sobre la arena quebrada. Los murmuros se acarician, el vapor penetra los muros, mil tonalidades de sueños follaje, para al fin gritar calma con coraje. Despertarse a las 7 de la mañana. Ducharse a los tres días. Y nos levantábamos antes para ver amanecer. Toronjil para el susto, jumiles para la tos. El amor es un acto de valentía no de temor.
Decir la palabra verdadera es transformar al mundo. Diálogos de roca, conspiración de aves, di gotz’i ngedox’i di beñai. Columpios al infinito, truques de historias, Frutos de lucha hasta en sequía. Intercambiamos decenas de cartas y nos perdimos en la cierra sin que nadie se enterara. Dormir en catres, cuidarse de avisas y arañas. Orquesta de chispas: al mundo se le quiebra la cara.
No mezclar cloro con pinol y diario junta general hasta la madrugada. Sabiéndonos, observamos las estrellas: navegantes del cielo que gritan ¡deseo! Despejamos de la nebulosa el presente y encontramos en la semilla el universo. Juegos de santos y chamanes, combates que abrazan el aire, coreografías de seres salvajes.
Políticas de agua, lluvia de respuestas. Inmenso analfabetismo en México pero para cantarle solo se necesita voz y guitarra. El último día compartimos el alba. Discursos tan sinceros que derrumban muros y brota magia del asfalto. A Francisco de la voz le nació el llanto.
Nos vamos, tripular el viento, decir adiós con el corazón apretado.
Verano del 2014, México
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